Razón de ser

Para empresas retadoras como Soprastelle SRL, que elabora productos de limpieza bajo su marca Mr. Flash, innovar es sinónimo de existir. Prueba de esa filosofía, que además es la razón que le permite competir en su sector, ha sido la creación de un producto para limpiar porcelanato y una lavandina en polvo, señala Roberto Wills, gerente general.

“Una lavandina líquida tiene un precio promedio de Bs 10 por litro, lo que limita su compra para muchas personas. Por eso, decidimos crear la lavandina en polvo Mr. Flash, que se vende a Bs 1 y satisface una necesidad básica de los hogares bolivianos. La higiene a un bajo precio”, destacó Wills.

Otra firma que lleva la innovación en su ADN es Semexa. Concebida hace 27 años para crear un programa de investigación en semillas de cultivos extensivos, en la actualidad la empresa cuenta con otras dos unidades de negocio: servicios industriales y granos de exportación.

Entre los mayores hitos de innovación de la compañía se encuentran el desarrollo de la metodología de investigación propia Pauker, la exportación de semilla de soya a Guatemala y la creación de la semilla G4 (con cuatro granos de soya), destacó Jorge Hidalgo, gerente general de Semexa.

Tras ideas innovadoras

La semana pasada, Santa Cruz Innova realizó el Elevator Pitch Innova, una metodología novedosa para seleccionar ideas de negocio potenciales. La ganadora fue la estudiante Laura Mertens, con su proyecto Fudron, para fumigar cultivos con drones.

Retos. Los obstáculos para mejorar están asociados al problema de apropiabilidad de la inversión de la innovación. El Gobierno trabaja en una ley que contempla incentivos para las empresas originales

En un mundo que registra cambios prácticamente todos los días, la innovación se presenta como una práctica fundamental para que las empresas mantengan un nivel próspero y competitivo, ya que permite entregar productos y servicios más eficientes.

Consciente de esa realidad y con la intención de establecer las variables que determinan la propensión de las firmas formales del país a innovar, la UPSA realizó la investigación ‘Determinantes de la innovación productiva de las empresas en Bolivia’.

El trabajo (que utilizó datos de la Encuesta Empresarial 2017 del Banco Mundial) revela que casi seis de cada diez empresas formales en Bolivia son propensas a innovar en productos; cuatro de cada diez a hacerlo en procesos; y dos de cada diez a invertir en I+D (Investigación y Desarrollo). Además, señala que las compañías grandes son las más proclives a innovar en productos, procesos, y a destinar recursos a I+D.

En Bolivia, de acuerdo con Sergio Daga, vicerrector de la UPSA, la innovación no está asociada al tamaño de la empresa, sino al tipo de acción que realizan.

“Lastimosamente, los esfuerzos por innovar no se están reflejando en mayor productividad. No solo en Bolivia, sino en la región, ya que la brecha con otros países, sobre todos con los asiáticos como Taiwán o Corea del Sur, se ha ensanchado en los últimos años”, señala el académico.

Y es que, para elevar la productividad no basta con solo innovar. Según Liliana Serrate, ejecutiva de Santa Cruz Innova (agencia de Cainco), la invención es el resultado de la articulación de una pentahélice conformada por empresas tradicionales, sector público, academia, startups e inversionistas.

Se precisa institucionalidad

En la actualidad, la innovación es una necesidad empresarial, señala Luis Barbery, presidente de la Federación de Empresarios Privados de Santa Cruz (Fepsc), quien sostiene que, para llevarla a cabo, es imprescindible modernizar los modelos de negocio, los procesos, los productos y hasta las mismas organizaciones.

Además, según el empresario, la innovación es una tarea permanente que cualquier firma debe realizar, para ofrecer mejores productos o servicios de mayor calidad a menores costos.

Para el desarrollo de la innovación, afirma Ibo Blazicevic, titular de la Cámara Nacional de Industrias (CNI), se requiere de un ecosistema y una institucionalidad adecuadas para su desarrollo.

“Se precisa de un contexto laboral flexible, un sistema tributario competitivo, un aparato institucional ágil y no burocrático, de oportunidades de expansión del mercado local hacia el mercado internacional y un contexto macroeconómico que promueva la eficiencia”, dijo Blazicevic.

El Gobierno considera que se precisa un mayor apoyo. Mariana Prado, ministra de Planificación del Desarrollo, considera que, de acuerdo con los datos revelados por el estudio de la UPSA, existe la necesidad de generar un apoyo más amplio para la innovación en sus diferentes tipos y, en particular, para elevar la inversión en I+D. “La innovación permite aprovechar los recursos para obtener mayores beneficios económicos y sociales. Por ello, es esencial estar al día en las necesidades y tendencias actuales, y usar herramientas que permitan mejorar los procesos, y ofrecer nuevos productos o servicios”, manifiesta la autoridad.

Trabas y alicientes

Los obstáculos para innovar más en el país, de acuerdo con la investigación de la UPSA, están asociados al problema de apropiabilidad de la inversión de la invención y los derechos de propiedad.

La innovación, así como la inversión encuentra limitantes en factores que no son manejados por el empresariado privado, señala Barbery. Estos son los costos laborales, la presión impositiva o las trabas burocráticas.

Para intensificar la innovación, según Daga, es necesario generar incentivos para las firmas. En este escenario, la creación de un fideicomiso financiero que sea manejado por la banca privada, para dar apoyo a las innovaciones complejas, es una buena opción, indica el académico.

En tanto, la CNI plantea la creación del Ministerio de Industria con un enfoque del desarrollo industrial de clúster, territorialidad y a través de la implementación de políticas neutrales, sectoriales y de alineamiento (laboral y comercial) que permitan elevar la productividad industrial para ofertar bienes industriales al mercado interno y externo.

“Se puede incrementar la mejora continua en las industrias a través de procesos de investigación y desarrollo sobre la base de la triple hélice (participación pública, privada y academia)”, sostiene Blazicevic.

Acerca del tema financiero, Serrate señala que se requieren fondos públicos y privados especializados en emprendimientos tecnológicos y startups, al igual que para proyectos de investigación de la academia, indica la experta.

Desde el punto de vista de obstáculos no financieros, explica Serrate que hace falta una norma que permita la articulación de startups y compañías de base tecnológica que puedan ofertar servicios y productos innovadores y tecnológicos.

Sobre este tema, según Prado, el Ejecutivo está desarrollando un proyecto de ley que contempla incentivos (laborales, comerciales, entre otros) para empresas que tengan dentro de su ‘core’ (principal línea de negocio) altos niveles de innovación que produzcan conocimiento, potencien nuevas tecnologías y generen impactos positivos en la sociedad y el medioambiente.